El CALIZ DE LA IRA DE DIOS: ISAIAS 51:17-23
El CALIZ DE LA IRA DE DIOS: ISAIAS
51:17-23
En la actualidad existen muchas interpretaciones de
las profecías bíblicas, especialmente de sus símbolos, pues la corriente
interpretativa “preterista” argumenta que las profecías no tienen valides para
nuestro tiempo, pues se cumplieron en el pasado. En la actualidad
hay conciencia de que, detrás del conflicto de métodos exegéticos, hay un
conflicto de modelos filosóficos o cosmovisiones[1].
Texto: "17 Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos.
18 De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crió.
19 Estas dos cosas te han acontecido: asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién te consolará?
20 Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como antílope en la red, llenos de la indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo.
21 Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino:
22 Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.
23 Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran."
El presente tema essobre Isaías
51:17-23. Ella presenta un tema muy importante para poder conocer y entender los
eventos escatológicos, que es “el Cáliz de la Ira de
Dios” por ello se espera concluir con un panorama más claro Dios. Uno de los principales propósitos
de la investigación es dar a comprender la naturaleza del Cáliz de la Ira de
Dios, y sus implicaciones
con la raza humana.
El
juicio divino es evidente en esta estructura del texto profético, por ello se
analizó minuciosamente dando como como quiasmo de la copa de la Ira de Dios el termino
מִי אֲנַחֲמֵךְ (No hay consolador). La falta de presencia de la divinidad en
este caso “el consolador”, ante esta propuesta se suma Motyer percibe que hay
un quiasmo[1]
A1. La copa de la ira entregada y vacia (17)
B.
Sión abandonada
X no hay consolador (19)
A2. La Copa de la ira apartada
(21-23).
B. no quedan hijos
(20)
[1]
Motyer, J. A. Isaiah: An Introduction and Commentary. Nottingham,
England: Inter-Varsity Press, 2009. Pág. 560.
Contexto Social
Tener
un conocimiento del contexto histórico del libro de Isaías es esencial para
entender su mensaje.[1]Isaías,
hijo de Amós, nació en el año 760 a.C. y recibió la vocación profética el 739
a.C[2],
en el reinado de Ozías (767-739). La
terminología precisa de su lenguaje permite suponer el bagaje propio de una
cultura elevada y una relación profunda con los ambientes culturales y aristocráticos
de Jerusalén[3].
Vivió
en una época difícil y muy violenta por causa de dos Imperios que se disputaban
el control de la región Siro-Palestina, a saber, Egipto[4] y
Asiria. Por esa razón durante el siglo VIII la situación de Israel y Judá
estuvo condicionada a los quehaceres políticos de estos dos imperios.[5]
En el año 745 Tiglat-Pileser (745-727) sube al poder Asirio y presionaba a los
pequeños estados del oriente medio (Judá, Israel, Siria, etc.) a pagar tributos[6].
Cansados, el rey de Israel, Peca y el rey de Siria, Rasín, decidieron rebelarse
contra Asiria. Sin embargo, el rey de Judá Ajaz se negó a participar. Entonces
estos reyes trataron de derribar a Ajaz y reemplazarlo por Tabeel, su aliado.[7]
Es
entonces cuando Isaías fue enviado por Dios para animar a Ajaz, quien ahora
tenía tres alternativas: Unirse al plan en contra de Asiria, implorar por ayuda
al rey asirio o la tercera opción: confiar en Dios, que era el mensaje de
Isaías. Ante esto el rey Tiglat-Pileser
tomó acciones y conquistó Siria y ejecutó a Rasín en el año 732. También atacó
a Israel. Más adelante el rey Sargón II (722-705), en el año 722 captura la
capital Samaria y lleva al total colapso al reino del norte.[8]
[1]John N. Oswalt, The
Book of Isaiah Chapters 1-39,deThe
New International Commentary on the Old Testament (Michigan:
William.Beerdemans Publishing Company, 1986), 4.
[4]A lo
largo del siglo VIII, Egipto presentaba una situación confusa. La unidad del
país estaba rota y el poder era inestable. Pero el país del Vilo ejercía
todavía una gran influencia sobre los reinos de Sira-Palestina. Ramis, Isaias,
24.
ORACIONES O FRASES IMPORTANTES[1]
¡Despertar,
despertar!
La perícopa empieza con una frase
importante, “Despierta”. La palabra הִתְעוֹרְרִי es un verbo que tiene como raíz עור que tiene como voz piel en lo
cual expresa una gran intensidad. Este verbo se
repite constantemente (Isa 50:4; 51:9; 52:4) en lo cual el autor expresa una reflexión
o llamado. En este contexto podemos ver que Dios habla a su pueblo para que
sepa que el Cáliz de su Ira, lo retiro y le dio a su opresor (Isaí 51: 22).
Esta
frase se repite también en el inicio del siguiente capítulo (52), pues el
llamado la convoca a su gloria más elevada como reina sacerdotal de las
ciudades, pues las ataduras de opresión y desgracia, serán quitadas, y no será
ya una reina cautiva.[2]
Cáliz de la Ira de Dios
La palabra אֶת־כּוֹס חֲמָתוֹ אֶת־קֻבַּעַת es muy importante en la investigación expuesta pues determina
muchos factores para entenderla, primeramente se expone que el sustantivo כּוֹס (kos) en lo cual
mayormente se expresa en un contexto de juicio (Gen 10:40; Sal 75:9, 116:13).
La siguiente palabra analizada que define la investigaciónón respectiva es el sustantivo חֲמָתוֹ que en su forma se repite en 6 versiculos, y todos en un contexto de juicio (Sal 78:38, 106:23; Lam 2:4, 4: 11; Nah 1:6). No cabe duda que
el tema principal de el escritor en el texto masoretico, es presenter una parte
del concepto de juicio de Dios mediante “la copa del caliz de su ira”, pues lo repite esta palabra constantemente en el texto
de manera explícita e implícita (Vv. 20-23). El siguiente quiasmo expuesto se
podrá dar una definición más objetiva de la copa del cáliz de la ira de Dios.
A La copa de la ira entregada y vacia (17)
B Jerusalem abandonada (18)
X no hay consolador (19)
B´ no quedan hijos (20)
A´ La Copa de la ira apartada (21-23)
El versiculo 17 es una antesala de la definión
del Caliz expuexto en el versiculo (18, 19). El Caliz es presentado o definido
bajo el concepto de rruina, desolación, calamidades, hambre y muerte, (Vv. 18,
19). Los que beben experimentan un aturdimiento, es decir la imagen de estar
sometido, ineludiblemente y sin esperanza, a la ira de Dios.[3] En el
AT la copa o caliz se refiere en forma figurada a su poder salvador y a su
juicio contra los pecadores.[4]
El texto profético nos indica que
cuando la copa de la ira de Dios cae sobre el juzgado, tal experimenta unos
cambios tantos físicos.
El centro o clímax del quiasmo expuesto en el texto brinda una
información adicional sobre el Cáliz. מִי
אֲנַחֲמֵך"”[5] “No hay consolador” (Quien te consolará). Cuando Dios determina su
juicio mediante su Cáliz de su Ira su presencia se retira.[6] Entonces el análisis presenta
que el Cáliz de la Ira de Dios, tiene repercusiones tanto físico como
espiritual. En este texto se pudo encontrar que uno de las experiencias
catastróficas, que experimenta el cáliz es la muerte y el apartamiento del ser
divino. Los que beben experimentan un aturdimiento, es decir la imagen de estar
sometido, ineludiblemente y sin esperanza, a la ira de Dios.[7]
Teología y Paralelismo en el Caliz de la Ira de Dios
El texto presenta que Jerusalén
recibió el cáliz de la ira de Dios por ello se encontró un paralelismo en Jesús
para la comprensión de ello. Hablar de Cristo es un campo amplio, pues se trata
del ser más importante de la historia de la humanidad, único entre el género
humano. Su trascendencia es indiscutible; creyentes e incrédulos lo reconocen.
Él cambió radicalmente el curso de la historia humana. Uno de sus más amantes
seguidores, afirmó que si se escribiera en detalle sólo su estadía sobre la
tierra; ni aún el universo entero podrían contener los libros (Juan 21:25).
Pues ante ello el estudio presenta un breve estudio de paralelismo.
La copa que bebió Jesús le costó la
muerte, White argumenta: “En la suprema crisis, cuando corazón y alma se
quebrantaron bajo la carga del pecado, Gabriel es enviado para fortalecer a
Jesús. Mientras el ángel sostiene su cuerpo desfalleciente, Cristo toma la copa
amarga y consiente en beber su contenido.[8] Es
decir en el momento que Jesús decido tomar el cáliz de la ira de su padre, nos
ofreció la otra copa, el cual representaba la vida eterna. Acceder a esta copa
representaba representaba aceptar su sacrificio. White argumenta:
“Jesús, al decidir tomar la copa de la ira de su Padre. Había
tomado de los labios del hombre culpable la copa del sufrimiento, y se proponía
a beberla Él mismo, dando al hombre la copa de bendición. La ira que habría
caído sobre el hombre ahora había caído sobre Cristo.”[9] Jesús
fue el único capaz de poder darnos la copa de bendición ya que Hebreos 7:26 empieza diciendo: “Porque tal sumo sacerdote
nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, hecho más
sublime que los cielos”. Era pues conveniente un cordero así; se deduce
fácilmente que la salvación no hubiera sido posible con un cordero manchado por
el pecado. 1 Pedro 1:18,19 dice: “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra
vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como
de un cordero sin mancha y sin contaminación ”. Toda la Biblia sugiere o
enseña directamente que Cristo, si bien es cierto, vino en carne y sangre, era
el inmaculado Hijo de Dios, sin mancha ni defecto como lo estipulaban los
servicios típicos del antiguo santuario hebreo (Levítico 16)[10].
La pregunta es, ¿cómo afecta al mundo cristiano, la idea de un Cristo sin
mancha y sin contaminación? La respuesta se encuentra en la misma Sagradas Escrtituras, cuando
éstas declaran que el único digno de abrir el rollo, era el León de la tribu de
Judá, la Raíz de David, quien había vencido (Apoc. 5:2-5).
El verbo se hizo humano para
confirmar las promesas hechas por Dios a los padres, comenzando con el pronto
evangelio en Génesis 3:15, y continuando a lo largo del AT (Isa. 7:14; 9:6;
Miq. 5:2). Dos líneas de predicciones se referían a la venida del hijo: iba a
venir como Salvador del pecado, tal como estaba prefigurado en los sacrificios
del AT (Gén. 4:3,4; Lev. 1:3-9; 17:11),
y anunciado por los profetas (Isa. 52:13,14; 53:3-6; Dan. 9:26; Zac.
13:1,7), y como Rey de su reino (Gén. 49:9,10; Sal. 2; Jer: 23:5,6).[11]
Puesto que Jesús fue tentado en
todo según la semejanza del hombre, pero sin pecado (He. 4:15), él puede
compadecerse de sus debilidades, y es poderoso para librar de la tentación a
los descendientes de Adán, el abrió el camino de la victoria sobre el pecado.
La victoria de Jesús le da al hombre, la
victoria sobre las fuerzas malignas que todavía buscan controlarlo y le permite andar con él en paz, gozo y la
certeza de su amor.[12]
Él ha prometido que nunca será el hombre tentado más de lo que puede soportar, y que juntamente con la tentación
le dará la salida (1 Co. 10:13).
Cristo sintió el enojo de su padre,
el poder que infligió la justicia retributiva al sustituto y Garantía del
hombre, fue el poder que mantuvo y
sostuvo al Doliente bajo el tremendo peso de la ira que habría caído sobre el
mundo pecador[13].
La frase, “por nosotros lo hizo
pecado” es explicada magistralmente por Elena de White (DTG 17), cuando dice
que Cristo fue tratado como si hubiese sido un pecador, aunque no lo era,
es decir que la culpabilidad de los pecados del mundo recae sobre él como si hubiese
sido suya. Es decir la frase habla de un
Cristo que voluntariamente asume la culpa y la condena humanas. Quizá nunca se
podrá entender esto que es claramente profetizado por el
profeta Isaías 53:3-6; pero es en ese sentido,
que Cristo es hecho pecado por su padre. El decidió tomar el Cáliz de su Padre,
y sufrir en nuestro lugar.
Jesús fue el único ser en llevar
nuestros pecados pues solo su sangre y su sufrimiento podían pagar la deuda de
la humanidad. Es interesante notar que el cáliz de la ira de Dios merecía ser
derramada sobre la raza pecadora en un futuro escatológico no muy lejano, pero
Cristo decidió tomar la copa de la ira de su Padre.
Jesús y el Cáliz
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Jerusalén y el Cáliz
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Recibe la cáliz de la Ira del Padre[14]
|
Recibe el cáliz de Dios.
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Le causó la muerte, y necesidades físicas.[15]
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La muerte, hambre y soledad.
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La presencia del padre no está con Él.[16]
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El consolador no está (Dios es el consolador).
|
El clímax de este paralelismo fue el
abandono de la presencia divina, La presencia del Padre se alejó de Jesús al
decidir y llevar el Cáliz, igualmente La presencia del Consolador (Dios) se
retira de Jerusalén cuando su Cáliz cae sobre el pecador.
A través de la historia Bíblica se
ve que Dios es justicia, y cuando el pecador cae en las manos del Dios vivo- Él
no duda en emitir su juicio. Esto comprueba la historia de la destrucción del
mundo antiguo mediante un diluvio, y la historia del fuego que cayó del cielo y
destruyó a los habitantes de Sodoma. Según Apocalipsis 18:6 el cáliz de la ira
de Dios se derramará en los eventos finales de la tierra, dando purificación al
universo entero, ya no habrá un abogado, consolador y mesías, pues todo será
consumado.
El Cáliz de la Ira de Dios es un
evento en la cual Dios manifiesta su juicio (Y como último derramamiento tendrá
en la exterminación del pecado para siempre Apoc. 18:6), y en la cual todos merecemos
al ser pecadores (Rom.3). Pero al creer que Jesús es nuestro salvador y
sustituto, Entonces somos salvos de la muerte, porque el cambio nuestra copa,
pues la raza humana merecía la copa de la muerte, pero Jesús en su grande
sacrificio nos brindó la copa de vida mediante la cruz.
Conclusión
El
Cáliz de la Ira de Dios es un evento dado por Dios, que cae sobre el pecador
como consecuencia, y su clímax representa la falta de la presencia del ser
divino. Ella es representada en varios eventos que sobresalientes en la Biblia.
También se concluye que una de las formas más sublimes de entenderlas es a
través de nuestro salvador Jesús. Pues Jesús por amor tomó la copa de la ira de
su Padre y nos dio la copa de la vida por medio de su sacrificio.
Por
ello no cabe duda que en los eventos finales de esta tierra, cuando el cáliz de
la ira de Dios caiga sobre la tierra, nuestra esperanza y fe estará segura en
Jesús, pues por la fe sabemos que somos salvos. Pues tendremos la convicción
que Jesús tomo mi lugar para tener vida eterna y ser merecedor del cielo.
Llamado
Dios nos invita a la salvación cada momento, Él nos ofrece la copa de la salvación, depende de usted aceptarla o rechazarla. ¿Aceptaras?
[3] Rodríguez,
Ángel M., and Rolando A. Itin. Cruzando el abismo. Doral, Fla: Asociación
Publicadora Interamericana, 2008. Pag, 168.
[5] Este
vero es expuesto en voz Piel imperfecto, es decir que la intensidad que escribe
Isaías la frase: “Quien te consolará” es fuerte, pues su raíz verbal expuesta
aquí es נַחֲמֵ
nahan es utilizado en
Génesis 6:6 al referirse al dolor del corazón humana ante la respuesta de
deslealtad de la criatura hacia su creador amoroso.
[6] Se
argumenta ello porque Dios mismo en el capítulo se manifiesta como consolador
“Yo soy vuestro consolador…” (51:12).
[7] Rodríguez,
Ángel M., and Rolando A. Itin. Cruzando el abismo. Doral, Fla: Asociación
Publicadora Interamericana, 2008. Pág., 168.
[10]Asociación
Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo
Día, Trad. Armando Collins y Miguel A. Valdivia (Florida Oeste, Buenos
Aires: ACES, 2007), 348.
[11]Raúl
Dederen, Teología. Fundamentos Bíblicos
de nuestra fe, trad. Dr. Tulio N. Peverini (México: Gema Editores, 2005), 2: 165.
[12]Asociación
Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo
Día, trad. Armando Collins y Miguel A. Valdivia (Florida Oeste, Buenos Aires: ACES, 2007), 147
[13] Ibít.
[14] “Y
adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si
es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como
tú quieras” (Biblia de la Américas, Mateo 26:39).
[15] “Después
de esto, sabiendo Jesús que todo ya se había consumado, para que se cumpliera
la Escritura, dijo: “Tengo sed.” Había allí una vasija llena de vinagre.
Colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se
la acercaron a la boca”. (NBLH Juan
19:28-29).
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