EL ARREPENTIMIENTO DE DIOS GENESIS 6:6
EL ARREPENTIMIENTO DE DIOS
GÉNESIS 6:6
Desde el final del siglo XIX hasta aproximadamente 1970 existió en la exegesis Bíblica una especie de consenso en cuanto a que la batalla erudita por el método històrico-crìtico, como una forma "científicamente responsable"[1]de estudiar la Biblia, pues tal método apela que la Biblia es un libro de errores, y por lo tanto no es inspirado, y por ello debe ser estudiado como un libro mítico, a pesar de sus estudios aparentemente profundos. De manera que actualmente hay conciencia de que, detrás del conflicto de métodos exegéticos, hay un conflicto de modelos filosóficos o cosmovisiones[2]. Tales conceptos dan a entender que la Biblia es contradictoria, pues ella se contradice en sí misma.
Génesis 6:6 expone que “Dios se arrepintió de haber creado al hombre” pues esta idea que se arrepiente es contradictoria a la idea de un Dios inmutable, eteno (Mal. 3:6), cuyos propósitos están antes de la fundación del mundo (Isai51:16), en ello Génesis 6:6 aparentemente contradice a lo que el mensaje Bíblico presenta.
La Problematica
La problemática expuesta en este trabajo de investigación se debe a la mala interpretación y falta de responsabilidad del estudio del contexto, pues ello lleva a dudar de la inmutabilidad de Dios, Pues el texto expone que “… Dios se arrepintió de haber creado al hombre” (Genesis 6:6) “¿Tal texto minan nuestra confianza en la inmutabilidad de Dios? Ciertamente no! Primero, hay que aclarar lo que significa la inmutabilidad. La inmutabilidad se aplica a la naturaleza de Dios. Él es siempre Dios…y nunca dejará de cumplir su voluntad, debido a un cambio en su poder para lograr sus propósitos, Segundo, Dios es inmutable en lo que respecta a su carácter o atributos”[1]
https://bible.org/seriespage/12-immutability- god (consultado: 08 de junio, 2016).
Análisis Literario
Nuestro texto se escribe en un género narrativo[1], en lo cual la palabra clave que determina el sentido teológico y critico es el verbo נחם (nahan), refiriéndose a Dios en respuesta a la actividad humana, este verbo aparece aproximadamente 31 veces refiriéndose a Dios en el antiguo testamento[2], este arrepentimiento mostrado en Genesìs 6:6, también podemos observarlo en Éxodo 32:14, 2 Samuel 24:16, 1 Samuel 15:11, etc, puede deducirse de la declaración explicativa “le dolió en su corazón”[3],en lo cual es una expresión que se refiere al dolor del amor divino ocasionado por la pecaminosidad del hombre.[4]
En mi opinión el análisis de tal verbo y su contexto nos facilita la verdadera intención e interpretación, porque nuestras presuposiciones nos llevan a interpretar erróneamente. Ya que nuestras presuposiciones nos pueden llevar a una teología errada.
TABLA COMPARATIVA DE VERSIONES
T. Hebreas
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V.6
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BHS
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וַיִּנָּ֣חֶם
(Y lo sintió)
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V.inglesa
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Regretted
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Vs. Español
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LBA
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Y le pesó
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NVI
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se arrepintió
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RVR (1909
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Y arrepintióse
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Vs.
Portuguesa
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ARA
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se arrependeu
|
-
Macro Estructura
A La tentación y caída
B Expulsión del huerto, 3:1-8
C Caín y Abel, 3: 9-24
C La degeneración de los antediluvianos 6:1-13
B Diluvio universal, 7:1-8
A Pacto hecho con Noé, 8: 15-21
Micro estructura
a Y Jehová se lamentó
b Que hizo el hombre en la tierra
c Y dolió a su corazóncro Estructura
Análisis histórico
Autor
El nombre “Génesis” es una transliteración del griego que significa “fuente” “origen”, es el título dado en la LXX.[5] La autoría del Génesis está entrelazada con la composición del Pentateuco y según la tradición, Moisés es el autor original de este libro. Es por los informes de la tradición judía y cristiana, además del testimonio de Filón, Josefo, la Mishna y el Talmud, que se atribuye el Génesis a Moisés.[6]
Archer considera que la paternidad literaria del Génesis se puede observar en que el autor utiliza siempre el mismo estilo literario en el Pentateuco, como en el caso del uso de los toledot, las “generaciones”, igualmente con el arreglo literario que se hace de las listas de familias, que mantienen un marcado orden literario, lo que hace difícil una teoría de fuentes heterogéneas y combinadas, según Wellhausen.[7]
Situación histórica
En este punto es muy complicado realizar una descripción de la situación histórica que se constituye en el marco de los acontecimientos descritos en el texto en estudio, excepto lo que la Biblia (Gn 6:6) y Elena de White presentan en el libro Patriarcas y profetas.[8] Analizando el contexto literario del texto nos damos cuenta que la descendencia rebelde de Caín se unió a la de los hijos de Dios, en lo cual la unión resulto una decadencia moral en gran manera, Dios había tomado decisiones sobre la raza humana que afectaría para siempre. Una de las decisiones fue es destruir a la descendencia pecadora mediante un diluvio universal, lo cual Dios decide salvar a un pequeño grupo de fieles.
“…Todo pensamiento del corazón; era de continuo solamente el mal; Los hombres eran tan incorregiblemente malos que, aunque; le dolió en su corazón; Dios llegó a la conclusión de que ellos, junto con todos los demás seres vivientes, debían ser destruidos.”[9] Es por ello que Dios toma la decisión de destruir la tierra, por la rebeldía abierta del hombre contra Dios.
Teología del texto
Dios creador nunca cometió pecado. Entonces, ¿acaso Dios se equivocó de crear al hombre? Si afirmamos esta verdad dentro de nuestras suposiciones, entonces interpretaríamos la Biblia de manera errónea y contradictoria, pues ella afirma: “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Salmos 147:5), por lo tanto, sabía que el hombre podía pecar y ser influenciado por Satanás para hacer el mal.
Entonces, después de analizar el texto podemos decir ¿qué significa que Dios se haya “lamentado” y “dolido” por haber creado al hombre?
En el “arrepentimiento de Dios”, nos damos cuenta que Dios nos ama, frente al dolor divino generado por la pecaminosidad del hombre.
Cuando el texto menciona que le dolió a Dios en el corazón, nos da a entender que en ningún momento Dios deseo el mal al hombre, sino que la pecaminosidad del hombre genera en Él un profundo dolor y compasión por la raza caída. Dios es amor, aun cuando decide castigar a la raza humana.
Pero por el pecado Dios tuvo que intervenir de una manera especial. Tal manera significaría el derramamiento de sangre del Hijo de Dios. Dios no se arrepiente como el hombre[10]pues el hombre es una imagen degradada por el pecado, y sus designios son distintos a Dios.
[1] Afirmamos que el texto es narrativo, porque podemos observar wayyiqtol en diferentes partes de la perícopa.
[2] Gerhard Pfandl, interpretación de las escrituras (Buenos Aires, Argentina: Asociasión Casa Editora Sudamericana, 2012), 147.
[3] Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día, trad.
Víctor E. Ampuero Matta (Miami, FL: Publicaciones Interamericas, 2001), 1:263.
[5]William L. LaSor, David Allan Hubbard y Frederic William Bush, Panorama del Antiguo Testamento (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2004), 66.
[6]Tremper Longman III y Raymond B. Dillard, Introducción al Antiguo Testamento (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 49-50.
[7]Gleason L. Archer, Reseña critica de una introducción al Antiguo Testamento (Chicago, IL: Editorial Portavoz, 1987), 197-99.
[8]Elena G de White, Patriarcas y profetas (Buenos Aires, Argentina: ACES, 2001), 34-57.
[9] Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día, trad.Víctor E. Ampuero Matta (Miami, FL: Publicaciones Interamericas, 2001), 1:100.
[10] No cabe duda que la naturaleza del hombre después del pecado se pervitio y el egoísmo sustituyo el amor.
Conclusión
El arrepentimiento de Dios, no es como el arrepentimiento humano, pues el arrepentimiento del hombre significa cambio de mente. Por lo tanto nuestro Dios es siempre será inmutable, y sus designios eternos. Robert Jamieson, afirma: “Dios no puede cambiar (Malaquías 3:6; Santiago 1:17); pero, para adaptar el lenguaje a nuestra naturaleza y experiencia, se le describe como si estuviera a punto de cambiar su visible proceder para con la humanidad; y de misericordioso y paciente, fuera a transformarse en un Dios de juicio; y, como aquella raza impía había llenado la medida de sus iniquidades, él estaba por hacer una terrible demostración de su justicia (Eclesiastés 8:11)”[1]
Es interesante notar que nuestras presuposiciones nos pueden llevar a interpretar erróneamente el texto, pues definitivamente concluimos con esta afirmación: “el arrepentimiento de Dios no es como el del hombre. El vencedor de Israel no mentirá, ni se arrepentirá porque no es hombre que se arrepienta. El arrepentimiento del hombre implica un cambio de parecer, el arrepentimiento de Dios implica cambio de circunstancias y relaciones.[2]
Testamento, trad. A.R. Fausset and David Brown (El Paso, TX: Casa Bautista de
Publicaciones, 2003), 1:25.
[2] Elena G. de White, Patriarcas y Profetas (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1975), 630.
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